
Jaime Moreno, director técnico del itdUPM
La ONG Water for People (WFP) es una organización internacional que busca soluciones innovadoras a los problemas tradicionales de acceso a agua y saneamiento entre poblaciones de bajos ingresos. En la ciudad de Cochabamba (Bolivia), donde existe una tasa de pobreza de 19,7%, WFP desarrolla un programa de promoción de la cadena de valor en torno a mercados de saneamiento.
Como en muchas otras grandes ciudades de Latinoamérica, en la zona periurbana de Cochabamba, el acceso al saneamiento mejorado está muy limitado. El aislamiento, la dispersión y el carácter informal de algunos asentamientos dificultan la puesta en marcha de planes de extensión del alcantarillado. Concretamente en el Distrito 9, donde viven unas 120.000 personas, tan solo un 35% de los habitantes posee un baño con arrastre de agua, es decir dispone de un sistema conectado al alcantarillado o a una fosa séptica.
En este tipo de contextos, los Baños Ecológicos Secos (BES) se están convirtiendo en una de las alternativas más interesantes para extender la cobertura de servicios de saneamiento. El BES es una solución aislada – no conectada a la red de alcantarillado – que no requiere de agua para su funcionamiento. En términos de ahorro financiero la operación y mantenimiento de los BES resulta un 45% más económica gracias al ahorro anual de aproximadamente 4.000 litros de agua por BES. Además, permite el tratamiento del compost generado.
En el estudio de caso realizado por el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano, en colaboración con el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Inter-Americano de Desarrollo, se han identificado tres elementos claves para el éxito del programa: el uso de incentivos y oportunidades de mercado, una concepción integral para posicionar alternativas no tradicionales de saneamiento y, por último, la generación de un entorno favorable para la instalación.
Para promover el uso del BES en las comunidades y generar demanda en torno al este sistema de saneamiento WFP ha utilizado una estrategia de marketing social muy cercana al usuario final. Esto, junto con la promoción de un modelo de baño en el que la higiene tiene una concepción integral –el BES cuenta con inodoro, ducha y lavadero-, ha propiciado que el 56% de los participantes en el programa de WFP optasen por un BES frente al baño con arrastre de agua.
Para la construcción y el mantenimiento de los sistemas WFP ha apoyado la creación de dos microempresas especializadas en esas labores. La microempresa SISE (Sistema Integral de Saneamiento Ecológico) se encarga de supervisar todo el proceso de construcción y de asegurar la correcta instalación de los BES. Los usuarios aportan entre un 72 y un 85% de los costes de construcción, con unos mecanismos de financiación adaptados a los niveles económicos de cada familia. Por otro lado el mantenimiento de los BES corre a cargo de la microempresa UCCE (Unidos por el Cierre del Ciclo Ecológico), que cobra una tasa menor que el impuesto de alcantarillado por vaciar periódicamente los sistemas de cada usuario y, tras un proceso de valorización, producir abono orgánico de alta calidad.
Todo este proceso ha sido posible gracias a una apuesta comprometida por parte de WFP de aprendizaje continuo y trabajo entre múltiples actores. Cabe destacar que a raíz de la colaboración entre la Universidad Mayor de San Simón y las microempresas han surgido múltiples mejoras en el diseño del BES, ayudando así a mejorar su funcionamiento y abaratar la tecnología. Es importante resaltar que el diálogo fluido con las administraciones públicas, tanto locales como nacionales, ha servido para que el modelo se posicione como una herramienta imprescindible en la estrategia nacional para la ampliación de la cobertura de servicios de saneamiento.
Hasta ahora los BES están teniendo una muy buena acogida en el Distrito 9 de Cochabamba, como sugiere la tasa de utilización tras un año de funcionamiento que se sitúa en torno al 95%. Sonia Caracara, una de las beneficiarias del programa que ha adquirido un BES en su domicilio destaca: “ esta es una solución muy buena. Ahorro agua, no contamina y no hay moscas. Es más cómodo y más limpio. Quienes no lo conocían se han quedado muy sorprendidos”.
El potencial de la demanda de los BES en el corto plazo es elevado, ante el compromiso del Gobierno boliviano de garantizar la cobertura universal de saneamiento para 2025. La ampliaaplicación de estos sistemas en el contexto rural está comenzando a ser explorada, por lo que este modelo de saneamiento, respetuoso con el medio ambiente y con capacidad de generar oportunidades económicas y de empleo, tiene un futuro prometedor en Bolivia y en otros países de la región.