El 3 de febrero, Carlos Mataix explicó en el Consejo del itdUPM los retos que afrontamos desde este centro, y desde la propia Universidad Politécnica de Madrid, ante unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que requerirán, al menos en cinco de ellos, un auténtico cambio de rumbo.
El pasado mes de septiembre, Naciones Unidas aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es decir, hemos pasado de un largo proceso de negociación a la acción, y es ahora cuando podemos ver la envergadura de los problemas a los que nos enfrentamos.
Recientemente, el instituto de investigación Overseas Development Institute ha publicado el informe Projecting progress: reaching the SDGs by 2030 sobre las condiciones en las que el mundo se encuentra para cumplir estos objetivos.Fuente: Projecting progress: reaching the SDGs by 2030. Overseas Development InstituteEl informe analiza 17 metas, una por cada ODS, y demuestra que solamente tres -erradicar la extrema pobreza (1.1), crecimiento en países menos desarrollados (8.1) y acabar con la deforestación (15.2)- se encontrarían en vías de alcanzarse haciendo las cosas como hasta ahora, e incluso el número uno podría lograrse en los próximos dos años.
Otros nueve ODS no serían alcanzables si la comunidad internacional no realiza un esfuerzo de transferencia de recursos para que existan mecanismos de redistribución a escala global.
Pero por primera vez en una agenda global de este tipo hay una serie de objetivos, concretamente cinco, que ni siquiera los países desarrollados están cerca o en la buena dirección para lograr un desarrollo sostenible y mínimamente inclusivo.Estos cinco objetivos -y concretamente las siguientes metas: reducir las desigualdades económicas (10.1), reducir el chavolismo (11.1), reducir los residuos (12.5), combatir el cambio climático (13.2) y proteger el ecosistema marino (14.2)- exigen un cambio radical de tendencia y un esfuerzo importante de creatividad, de innovación, y de cambio de modelo productivo y de consumo.
Podemos seguir luchando para erradicar la pobreza extrema, pero lo que nos dice la agenda es que estaríamos intentando resolver un problema que, en cualquier momento, puede revertir. Porque ya no se pueden disociar, como hemos hecho tradicionalmente, los problemas de desarrollo de unos países frente a los problemas de desarrollo de otros.
Los ODS requieren un tipo de innovación nueva, por ello en el itdUPM estamos creando un espacio inspirador y demostrador que estimule la colaboración, que genere conversaciones transformadoras, y que ayude a tener una mejor perspectiva global de problemas que nos afectan a todos y todas.
Contamos con el potencial de nuestros grupos de investigación para proponer soluciones creativas que nacen de esa interdisciplinariedad que promueve el itdUPM, para responder así a los problemas que plantean los ODS.
Pero también queremos ser un centro que conecte las iniciativas ciudadanas de respuesta a la no sostenibilidad del modelo actual con el sector público y privado, sectores que ya ven cómo los modelos verticales no sirven para resolver determinados problemas.
En definitiva, se trata de lograr un modelo de innovación más difusa que aproveche el talento social, el conocimiento académico y la apertura cada vez mayor de empresas y administraciones públicas. Y la Universidad puede ser ese conector.