El big data frente al reto global del cambio climático

David Pastor es coordinador del programa de innovación Big Data para el desarrollo en el itdUPM.

El pasado 29 de febrero participamos en las jornadas organizadas por la Fundación Ramón Areces para analizar el potencial y los escenarios del uso de datos en el reto global que supone el Cambio Climático. A lo largo de tres sesiones se profundizó en diferentes casos de uso de datos, de iniciativas tecnológicas para monitorizar el clima y de las implicaciones económicas y regulatorias de todo ello.

Miguel Ángel Luengo, director científico de United Nations Global Pulse y miembro del itdUPM, ofreció una perspectiva de cómos los datos están dando lugar a una auténtica revolución que será clave en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Esto es posible porque los datos nos ofrecen información veraz sobre lo que la sociedad dice, siente o hace, y así poder tomar ese pulso para mejorar la acción humanitaria.

Los datos no sólo son necesarios para medir, sino que la innovación tecnológica abre las puertas a nuevos comportamientos que vayan dando lugar a sociedades más sostenibles.

En mi caso, tuve la ocasión de mostrar proyectos de investigación en los que, desde la Universidad Politécnica de Madrid, diversos investigadores hemos trabajado usando datos sociales en la gestión de desastres naturales.

Estamos convencidos de que la combinación de datos masivos sociales y ambientales es una estrategia fundamental para medir la respuesta social frente a al cambio climático, tanto en crisis y desastres como a más largo plazo.

Francisco Doblas Reyes, director del Departamento de Ciencias de la Tierra en el Barcelona Supercomputing Center, mostró una perspectiva de la complejidad del análisis masivo de datos ambientales y de calidad del aire llevada a cabo por el centro en el que trabaja. Avances tecnológicos y científicos tienen que estar en la base del uso realista y eficaz del Big Data.

El director de Producción e Infraestructuras de la Agencia Española de Meteorología, Fernando Belda, introdujo todos los nuevos servicios que se están desarrollando bajo la demanda de diversas instituciones, servicios en los que cada vez se precisa más detalle para poder tener la información necesaria para el monitoreo y la decisión.

El Director de Servicios de la agencia europea Copernicus, Juan Garcés de Marcilla, describió el impresionante despliegue desarrollado dentro de este proyecto que permitirá adquirir el siguiente nivel en la observación desde el espacio.

Ángel López Alos explicó cómo esta nueva generación de datos satélites se está enfocando hacia servicios de predicción climática, basados en auténticas infraestructuras digitales a nivel nacional y europeo para estar estar preparados ante las variaciones climáticas.

Por otra parte, importantes investigadores en economía como José García-Montalvo, del Consejo de Ciencias Sociales de la Fundación Ramón Areces, Graham Floater, de la London School of Economics, y Jesús Gonzalo, de la Universidad Carlos III de Madrid, profundizaron en la dimensión económica del clima y cómo el comportamiento social, la organización de las ciudades o la gestión de infraestructuras son también variables climáticas.

¿El clima es una cuestión puramente física o también socio-económica? Este debate inevitablemente surgió apasionadamente durante las jornadas. Sin duda, la complejidad del acoplamiento entre las sociedades y el planeta merece la atención de todas las disciplinas e investigadores para aportar visiones, luz y teorías científicas que ayuden a entender mejor todas las interacciones.

Por último, Teresa Ribera, directora del del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), desgranó muchas de las complejidades y retos que afronta el mundo y los Gobiernos en el trabajo hacia la sostenibilidad, especialmente desde que la COP21 en París estableció el objetivo de reducir el calentamiento del planeta a un límite de dos grados.

Algunos de estos retos son la necesaria adaptación de muchas estructuras, las lagunas regulatorias sobre el planeta o la dificultad para medir el impacto a través de las cadenas de valor y de biodiversidad.

Sin duda, el cambio climático demanda en estos momentos poner las ciencias y las instituciones al servicio de la sociedad y el planeta. Todas las acciones transversales que realmente supongan cambios de comportamiento, de organización, revoluciones tecnológicas y metodológicas son necesarias en este reto global y que afecta a todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Para más avances en Big Data y Cambio Climático, visita la iniciativa de UN Data For Climate Action http://www.dataforclimateaction.org/