Entre febrero y junio de este año Matadero Madrid ha sido un verdadero laboratorio de experimentación no solo artística, sino organizativa y social. Gracias a la iniciativa Matadero Acción Mutante, propiciada por el Instituto Mutante de Narrativas Ambientales de la Plataforma-A, cinco grupos de artistas han liderado un proceso de trabajo interdisciplinar que a lo largo de estos meses ha sentado en la misma mesa a más de 80 personas expertas en arquitectura, diseño, botánica, geología, ingeniería, sociología o antropología con un objetivo común: hacer de Matadero Madrid un caso de estudio de adaptación al cambio climático y experimentar nuevas formas de trabajo más colaborativas y transdisciplinares.
¿Por qué Matadero?
Matadero Madrid es un centro público caracterizado por vastos espacios sin vegetación ni sombra y está ubicado en el centro de una “isla de calor” urbana que sufre las temperaturas extremas, especialmente durante los meses de verano. Por eso, el objetivo de los cinco grupos de trabajo multidisciplinares ha sido trabajar conjuntamente en el diseño de prototipos replicables de soluciones basadas en la naturaleza capaces no solo de aumentar la resiliencia ante el cambio climático de ese espacio, sino también de proporcionar aprendizajes aplicables a otras zonas de la ciudad con características similares.
¿Cómo se ha hecho?
A lo largo de más de 10 talleres, los artistas y los grupos de expertos han trabajado de la mano para idear prototipos de soluciones que puedan revertir esta situación estructuralmente adversa a través de la creación de un “jardín Cyborg”, innovando en las soluciones propuestas pero también en el proceso coral de ideación de las soluciones mismas, cuyos prototipos se presentan ahora en la nave 16.
¿Y por qué un “jardín Cyborg”?
Un jardín es siempre un espacio de encuentro entre especies de diferente naturaleza; un lugar habilitado para el disfrute y el cuidado. Se ha añadido la dimensión Cyborg para ampliar los límites del imaginario, centrando la reflexión en la relación entre naturaleza y tecnología como esferas que, necesariamente, han de ser pensadas en continuidad como una especie híbrida.
¿Qué proyectos han salido de este largo proceso de co-creación?
Los prototipos de solución que se pueden ver en la Nave 16 de Matadero y que son fruto de este amplio proceso coral de co-creación van desde un jardín interactivo capaz de medir las reacciones de las plantas a la presencia de seres humanos y traducirlas en sonidos y movimientos de diversos dispositivos que nos muestran la vida de las plantas de una manera muy tangible, hasta un sistema que transforma la orina de los visitantes en abono para las plantas del jardín, pasando por palmeras expedidoras de polos probióticos o piezas de mobiliario urbano diseñadas para permitir la co-existencia entre personas e insectos, tan necesario en el mantenimiento de cualquier ecosistema, incluido urbano. Aquí hay más información.Matadero Acción Mutante ha sido el primero de los proyectos desarrollados por el INMA, Instituto Mutante de Narrativas Ambientales. El Instituto nace en Matadero Madrid, con objeto de impulsar prácticas artísticas en conexión con otros saberes, operando a través de la Plataforma-A, red de trabajo conformada por el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid – itdUPM; el Ayuntamiento de Madrid y Matadero Madrid.
El siguiente paso de Matadero Acción Mutante será la iteración de los prototipos hasta llegar a un diseño mejor adaptado al contexto de este espacio, y la construcción del propio jardín.