Revista DIECISIETE: ¿Puede ayudar la Renta Básica a cumplir los ODS?

El pasado 14 de octubre presentamos la revista DIECISIETE, una iniciativa de Acción contra el Hambre y la Universidad Politécnica de Madrid sobre investigación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el primer número, 20 expertos/as analizan la viabilidad de la renta básica en España.
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El pasado 14 de octubre hemos presentado la nueva revista DIECISIETE, en referencia al número 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “Alianzas para lograr los objetivos”, el único imprescindible para que el resto de los ODS se puedan cumplir en 2030.

Y para el primer número reunimos a 20 especialistas de diversos ámbitos de conocimiento para analizar la Renta Básica. ¿Podría ser esta herramienta un icono de los cambios radicales necesarios abordar algunos de estos objetivos, como el del fin de la pobreza, del hambre o de la desigualdad?

La idea de este primer monográfico comienza en junio de 2018, cuando organizamos un seminario abierto sobre Renta Básica y para el que contamos con un invitado especial de reconocido prestigio internacional, Philippe Van Parijs, co-fundador de la Red Global de Renta Básica, y quien también colabora en este primer número de la revista.

El debate celebrado en la Escuela de Industriales de la UPM y que reunión a alrededor de 200 personas comenzó con una constatación: El empleo ya no implica salir de la pobreza.

En el siguiente vídeo, grabado por RTVE para el programa Para todos La 2, encontraréis las declaraciones de algunos de los expertos y expertas que participaron en este debate:

Ana Berenguer, exvicepresidenta de Análisis Económico de la Alcaldía de Nueva York, recordaba que un tercio de los trabajadores de esta ciudad, es decir, un millón de personas, son pobres o muy vulnerables. “Si dejan de ingresar su cheque con el salario semanal tienen que acudir a los centros de comida”.

El modelo económico actual está generando altos niveles de desigualdad y, con los cambios que provocará la tecnología en el mercado de trabajo, estos niveles podrían incrementarse.

Recientemente la organización británica NESTA señalaba que más de seis millones de personas en el Reino Unido ocupan empleos que, con toda probabilidad, cambiarán radicalmente o desaparecerán en 2030.

¿Podría ser la renta básica una herramienta para cambiar el modelo económico?

La renta básica es una suma de dinero que cada ciudadano y ciudadana recibe de forma periódica de las instituciones públicas sin condiciones e independientemente de otras posibles fuentes de renta.

Víctor Gómez Frías y Juan Gimeno, coordinadores de este primer número de la revista, señalan que la renta básica “alteraría ciertos fundamentos sociológicos y políticos de nuestra vida en común, y cuya comprensión requiere plantearse, desde la filosofía o la antropología, cuestiones como nuestra identidad”.

De ahí que entre los autores del monográfico se encuentren economistas, juristas, antropólogos, ingenieros o sociólogos.

En el debate celebrado con los autores y autoras el pasado 14 de octubre en la Escuela de Industriales de la UPM, se incidió a menudo en las ventajas de la renta básica frente a las rentas mínimas existentes en la actualidad.

La renta mínima es la ayuda económica dirigida a ciertas personas que no tienen recursos económicos suficientes, y siempre que cumplan una serie de requisitos.

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Mesa de debate con los autores del monográfico sobre Renta Básica

Ana Berenguer

Ana Berenguer, exvicepresidenta de Análisis Económico de la Alcaldía de Nueva York

Ariadna Ayala, doctora en antropología y profesora en la UCM, destaca que la renta mínima tiene una alta arbitrariedad y, a menudo, implica asumir el plan de inserción que elaboren los trabajadores sociales.

Además, Ayala aporta el siguiente dato: “En Francia, entre el 30 y el 50% de las personas que tendrían derecho a esta renta no la solicitan para no sentirse estigmatizados”.

Juan Gimeno, catedrático de Economía y Hacienda Pública en la UNED, recordaba que en España la eficacia de los programas contra la pobreza es de los más bajos de Europa. “La media para lograr una renta mínima desde que se pide hasta que se consigue es de 12 meses”.

“En vez de demostrar que soy pobre para que me den una renta mínima, hagámoslo al revés, demos una renta garantizada y luego, vía impuestos, ya nos encargaremos de que la devuelvan según los ingresos de cada persona”, apunta Gimeno.

Marta Navas-Parejo, profesora visitante en la Universidad Carlos III, resalta otro inconveniente de la renta mínima: “no es compatibles con el empleo, y sí lo es la renta básica”.

Carmen Carrero Domínguez, profesora de Derecho del trabajo de la Universidad Carlos III, analizó para la revista DIECISIETE la Renta Básica desde la perspectiva de la Igualdad de género: “Una renta básica igual para hombres y mujeres nos coloca en una mejor situación que la de la renta mínima”.

Pero no todos los autores apuestan por la renta básica. Miguel Sebastián, exministro de Industria y profesor titular de Fundamentos Económicos en la UCM, ve altos riesgos en la implantación de esta renta en España, que calcula que supondría 280.000 millones de euros al año, y recuerda que el rescate bancario costó 50.000 millones de euros.

En el mismo sentido, José María Casado, economista del Banco de España, señala que una medida de este tipo tiene ganadores y perdedores en su definición, y en España no tenemos información microeconómica suficiente para analizarla.

“El riesgo es que requiere una transformación integral de nuestro sistema. Recibir una renta puede ser a costa de que pierdan otros por el camino, y no tienen por qué ser las rentas altas”, apunta Casado.

debate renta básica

Carmen Carrero Domínguez, profesora de derecho, y Marta Navas-Parejo, profesora visitante, de la Universidad Carlos III

Miguel Sebastián, exministro de Industria, y José María Casado, economista del Banco de España

Víctor Gómez Frías, profesor de Administración de Empresas en la UPM, explicó la simulación que ha realizado en el artículo junto con Juan Gimeno y Javier Díaz, con una renta básica de 430 euros. Eliminando prestaciones equivalentes y combinándolo con un impuesto negativo, estos autores calculan que implicaría una subida de tan solo tres puntos en el IRPF.

Borja Barragué, asesor en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, tras realizar un rápido recorrido sobre cómo se aborda el debate de la renta básica desde las diversas posiciones ideológicas, destacó que el debate contemporáneo tiende a poner el énfasis solo en la viabilidad financiera y normativa.

En el debate también se mencionaron los diversos experimentos que se han llevado a cabo de renta básica, como el que se está implantando en Nueva York entre 2.400 familias y a las que se les hará un seguimiento durante dos años. Un parte de estas familias recibirá 500 dólares al mes y, otra parte, 900 dólares al mes.

En cualquier caso, los experimentos limitados a una pequeña parte de la población siempre tendrán la debilidad de no poder analizar todas las consecuencias de su universalidad, como por ejemplo los cambios que podría provocar en el mercado del trabajo.

Juan Gimeno y Víctor Gómez Frías, coordinadores de este primer número de la revista

Borja Barragué, asesor en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

Revista DIECISIETE, el compromiso científico con la Agenda 2030

No es casual que el primer número de la revista DIECISIETE, la primera en castellano dedicada a la investigación sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, esté dedicada íntegramente a la renta básica.

Carlos Mataix, director de la revista junto con Manuel Sánchez-Monterodaba las claves en la presentación pública: “No creemos en ejercicios de contrachapado, estamos hablando de transformaciones profundas y, por ello, hay que tratar temas difíciles como la renta básica”.

DIECISIETE es también el objetivo considerado clave para el cumplimiento de los retos de los ODS, porque habla de alianzas y de colaboración. “Es una revista científica interdisciplinar, porque necesitamos que los saberes dialoguen entre sí para afrontar la complejidad de los problemas que tenemos”.

Mataix adelantó también el tema del próximo número: “Hablaremos de colaboraciones radicales y profundas, de colaboraciones que evolucionen de transaccionales a transformadoras, porque si 2015 fue la llamada a la acción, 2019 es la llamada a la transformación”.

Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030, resaltó en la presentación el compromiso y rigor científico que supone la revista para asentar políticas públicas transformadoras para nuestros ciudadanos. “Necesitamos iniciativas de este tipo para que, desde la administración pública, podamos liderar el proceso de aplicación de la agenda 2030”.

Carlos Mataix, director del itdUPM y de la revista DIECISIETE, Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030, y Olivier Longué, director general de Acción Contra el Hambre España

4 comentarios

  1. Puedo dar mi opinión de primera mano sobre este tema y le puedo asegurar que tratan un tema muy delicado que hay que tomar ciertos puntos en cuenta. La Renta Básica en cierta manera si es necesaria para ciertas circunstancias delicadas de la vida pero tan solo como un punto para un mejor futuro. Siempre que hablemos de Renta Básica tenemos que plantear que a la persona que se le concede a cambio tendrá que cumplir con ciertos parámetros tales como trabajar como voluntaria en ONGs o estudiar a fin de crear su propia profesión ya que actualmente en mi isla cuando cobran el paro a cierta edad consideran que no sirven para estudiar y que ya le llamaran para trabajar y acaban terminando con todas las mensualidades de su paro pero sin haber estudiado por lo que es más difícil que entre en el mercado laboral y más si hablamos de ciertas edades por lo que está muy bien la Renta Activa pero no como un comodín para quedarte en casa y considerar que ya no puedes conseguir de tu vida sino una manera de sentirte algo segura y buscar tu futuro laboral ya sea en el voluntariado donde se puede ver mejor los nichos de las nuevas profesiones del futuro o estudiar en algo que te guste y donde puedes sacar tu futuro puesto de trabajo ya que muchas veces la profesionalidad que poseemos y nuestra formación puede ser un puente hacia nuestro futuro laboral. Yo actualmente cobro por mi discapacidad una paga pero yo quiero algo más y me estoy dedicando a estudiar en academias todo lo referido a mi profesión de administrativo y con las becas de los cursos estudio viajando a congresos y cursos en Madrid y Barcelona donde me he dado cuenta que no importa tener 52 años sino tener bien claro que todos los que se quiere conseguir, siempre se acaba consiguiendo tan solo si cumplimos la ley primordial: trabajo, trabajo y esfuerzo.

  2. SALUDOS DESDE EL CANTÒN LA LIBERTAD, PROVINCIA DE SANTA ELENA, ECUADOR
    Debo exponer sobre la situaciòn de mi paìs Ecuador, el tema de desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades afecta no solo a los jóvenes sino a los adultos y adultos mayores, ya sean hombres o mujeres.
    Las Autoridades están desvinculándose de la ciudadanìa y no permite que ella también aporte criterios o métodos para buscar en conjunto el desarrollo de una sociedad.

  3. El mensaje de María me parece un claro ejemplo de una persona con las ideas claras y que no busca vivir de la sopa boba. Estoy arto de personas que solo hablan de derechos y olvidan que para tener derechos hay que cumplir con obligaciones.
    Creo necesario el insistir en el planteamiento de María, la renta básica debe estar ligada a la obligación de compensar a la sociedad con la obligación de realizar servicios (formación para un futuro empleo, participar en ONG’s, tareas sociales,….) a la sociedad, que justifique el derecho a recibir la prestación.

  4. Garantizar el acceso a bienes básicos para la población a partir del día después
    El panorama económico que nos vamos a encontrar a partir del des confinamiento al que nos vemos sometidos por el coronavirus, se presenta como una continuidad del que estamos viviendo en estos momentos
    Las rentas para poder acceder a los bienes básicos han mermado sustancialmente, tanto las empresas como trabajadores asalariados o trabajadores autónomos, han visto notablemente disminuidos sus ingresos. A la vez que han surgido fondos estatales, europeos etc. para poder ayudar a la población y aliviar la merma sufrida y poder así garantizar los bienes básicos como son vivienda, alimentación, salud, energía.
    Además se tramita la llamada renta básica que garantice unos ingresos mínimos para paliar la pobreza de muchas personas, y que puedan estos acceder a unos mínimos.
    Si bien esta renta mínima se hace necesaria ahora más que nunca, apunta más a la beneficencia que a una justicia social más equitativa y redistributiva, como sería el reparto de un bien común e individual como es el derecho al trabajo.
    Muchos de los derechos individuales como son la vivienda, educación, salud, se ven vulnerados, por el incumplimiento del derecho al trabajo. Garantizado el trabajo con una retribución mínima, se verían asegurados muchos de los anteriores.
    Desde luego que la fórmula del reparto de trabajo se complica increíblemente más que la de facilitar una renta mínima pongo solo unos ejemplos:
    Que algoritmo se utiliza para mermar el sueldo en virtud de la reducción de la jornada.
    Que cuantía publica se da a las empresas que lo apliquen, y en virtud de que factores (nº de trabajadores, nº de puestos de trabajos creados, beneficios de la empresa)
    Que ayuda económica reciben las empresas para que los trabajadores que al ver reducida su jornada, y al aplicarse la reducción de sueldo, este siempre se mantenga por encima del salario mínimo.
    Que limite de salario máximo se establece en correlación con el salario mínimo
    Cuantas horas seria la jornada máxima semanal, ej. 30.
    ¿Son todas las empresas beneficiarias de ayudas para la aplicación de la reducción de la jornada por igual? ¿O aquellas que se consideran de bienes esenciales, tienen una mayor consideración que otras?
    ¿De qué manera escalonada se puede ir aplicando la reducción de la jornada? Talleres experimentales subvencionados, o no, para las empresas o realizados en determinados departamentos de las mismas.
    Muchas otras cuestiones aquí no expuestas, complican mucho más el reparto del trabajo que la renta mínima, que siempre debería de existir, pero qué duda cabe que el reparto del bien laboral, junto con la limitación de sueldos máximos, facilita la reducción de personas que se verían abocadas a una renta básica, y siempre apunta hacia una justicia social mayor, que las medidas que apuntan a las de beneficencia.
    Todo lo anterior, (junto con poner el acento en ayudas a empresas cuyo fin este dentro de las categoría de esenciales, con sus diferentes prioridades dentro de esa categoría), implica una confrontación mayor con determinados poderes, ya que esto supone una orientación de la producción en virtud de las necesidades de las personas y no del enriquecimiento o crecimiento económico de las empresas.
    Esto implica un cambio de dirección hacia un nuevo sistema económico. Entendiendo el dinero como canal, camino, medio por el cual se distribuyen los bienes comunes. Y no como un fin en sí mismo.
    El espíritu que pulula por los aires de las personas, instituciones, grupos… y que justifica el enriquecimiento siempre injusto de unos, en virtud de los bienes conseguidos, incluye como bien conseguido el propio dinero. Y aquí está la pescadilla que se muerde la cola. Ya tenemos a las personas como medios para conseguir dinero y no el dinero como medio de redistribución. Ese espíritu dista mucho de ser humano ya que aleja al hombre del fin y constituye al dinero como un fin en sí mismo.
    No solo poderes económicos, (entendidos estos como los estructurados en organizaciones empresariales u otro tipo de organización), se verían amenazados ante una política de reparto de trabajo. También muchas personas individualmente, optarían por una renta básica, antes que un reparto laboral, bajo el engaño de que la renta básica no le supone en principio una disminución de ingresos, y de paso no le supone un cambio de su estilo de vida y de consumo.
    Olvidan estas personas que mientras existan la pobreza y desigualdad las probabilidades de caer en ella siempre están ahí, ese miedo siempre existirá. El hecho de que intente disminuir esas probabilidades, nunca las harán desaparecen. De hecho cuanto más se blinde, mayor el miedo que adquiere, aunque este miedo se manifieste inconscientemente en él. Y el miedo siempre es motivo de insatisfacción e inseguridad, que desemboca en la perdida de una autentica alegría.

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