El pasado 21 de enero Luis Tadeu Assad, director del Instituto Brasileiro de Desenvolvimento Sustentável (IABS), participó en el Seminario UPM sobre biodiversidad vegetal como una herramienta contra el cambio climático que tuvo lugar en la ETSI Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid.Tras una ponencia marco sobre los desafíos para la investigación en agricultura a cargo del director del Centro de Biotecnología y Genómica de plantas (CBGP), Antonio Molina, el encuentro contó con una mesa redonda en la que expertos y expertas -entre ellos Luis Tadeu Assad- dialogaron sobre los retos y oportunidades con los que nos encontramos para poder alcanzar una gestión de la agricultura respetuosa con la biodiversidad.
En esta sección del seminario, moderada por la investigadora Margarita Ruiz Ramos, junto con Luis Tadeu Assad participaron Elena Torres, Asesora Técnica del Banco de Germoplasma Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid y Fermín Villaroya Gil, profesor de la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid y experto en gestión del agua.
Vídeo de la mesa redonda del seminario
El director del Instituto Brasileiro de Desenvolvimento e Sustentabilidade (IABS) sostuvo que el incremento sostenido de la población mundial y por ende, el aumento constante de la demanda de alimentos requiere la resolución de ciertos conflictos actuales para habilitar las respuestas a desafíos como: baja producción junto a aumento de producción, poco conocimiento y mucha tecnología, conocimiento tradicional e innovación social, mercados de gran porte y nichos de mercados muy específicos, renta para los productores locales, distribución de la renta y concentración de la renta, las semillas con modificación genética que se precisan para adaptarse al cambio climático y el mercado que exige la certificación de semillas, el uso de lo tradicional y la incorporación de nueva tecnología, entre otros.
Además, añadió que otro desafío al que nos enfrentamos es la manutención del suelo, junto al de producir más y mejores productos con un modelo de baja emisión de carbono que no impacte en los equilibrios ecosistémicos, sobre todo en aquellos biomas ecológicamente más frágiles. Esta situación requiere, según Tadeu, de la construcción de abordajes más amplios de la sostenibilidad. Lo que implica que al hablar del suelo no solo se deben incluir aspectos ecológicos sino también por ejemplo económicos, como la distribución de la renta, políticos, legislativos y sociales que requieren de alianzas multiactor entre gobiernos, empresarios, sociedad civil y productores.Tomando como ejemplo a Brasil, uno de los estados productores más importantes del planeta, allí se percibe una dicotomía en torno a su gran diversidad, es decir, la existencia de una enorme riqueza natural a proteger que al mismo tiempo es entendida por ciertos actores como un obstáculo para la extensión de la agricultura. Tadeu sostiene que aquí se da un encuentro de actores concretos con miradas propias. Por un lado, está la sociedad brasileña que identifica a la Amazonía como un símbolo nacional, luego están quienes allí habitan que requieren de un desarrollo para sus vidas. Esto precisa entonces de un gran acuerdo social, que permita afianzar una agricultura sostenible que abrace un sinnúmero de aspectos.