A continuación, ilustró su exposición con ejemplos de proyectos surgidos en laboratorios ciudadanos, destacando el diseño de prótesis para niños en Medialab Prado, un proyecto colaborativo que reunió a diseñadores, ingenieros y familias. También mencionó el caso del aerogenerador del huerto de Adelfas, que, a pesar de no cumplir con sus expectativas, generó valiosos aprendizajes. “Aunque fallido, generó aprendizajes. Los errores no solo se aceptan, se convierten en oportunidades para seguir avanzando en otras direcciones”, comentó.
Otro ejemplo fue el Laboratorio Ciudadano de la Dehesa de la Villa, donde se realizaron proyectos como el análisis de la salud del suelo y un programa de memoria oral. Estos laboratorios, explicó García, son espacios que promueven la participación comunitaria y permiten abordar problemas concretos de forma colaborativa.
Concluyó su intervención subrayando el potencial de los laboratorios ciudadanos como infraestructuras sociales capaces de fomentar la colaboración y la innovación. “El objetivo es seguir intensificando los niveles de experimentación y colaboración social, tanto en lo local como a distancia”, afirmó, invitando a los asistentes a participar en la expansión y consolidación de estos espacios.